Una vez decidimos que queremos abandonar nuestra zona de confort y arriesgar emprendiendo nuestro propio negocio, el sueño de emprender suele apagarse cuando chocamos con la evidente pregunta: "¿Qué negocio puedo poner, qué producto puedo vender?" Es cuando mentalmente comenzamos a buscar ideas de negocios.
Ya explicamos las 3 formas en las que pueden surgir una idea de negocio: la idea de negocio expontánea, la idea privilegiada, y la idea deliberada. A menudo, los emprendedores no tienen más remedio que lanzarse en la búsqueda de ideas deliberadas, y por tanto, los siguientes puntos van enfocados a ese tipo de ideas.
Asimismo, podemos llegar a cometer otro error muy común, y es buscar una idea demasiado original e innovadora, cuando lo más sencillo es adaptar las ideas o productos ya existentes. De hecho, como ya explicamos, ya nadie va a tener ideas de negocio originales. Y lo cierto es que tampoco las necesitas.
Antes de pasar a la idea central de "encontrar un producto o servicio para vender", no ignores los dos primeros consejos.
1. No crees demanda; satisface la demanda.
Éste es uno de los consejos de Tim Ferris, autor de "La semana laboral de 4 horas". Muchos emprendedores crean un producto muy bueno (probablemente excelente), y una vez que lo tienen, salen a buscar a los potenciales clientes para vendérselo.
Mala estrategia para comenzar. Es mucho más práctico buscar un mercado con una demanda ya existente, y posteriormente satisfacer esa demanda. Busca a clientes con unas necesidades concretas, y después inventa, copia o adapta un producto para vendérselo. De esta forma aumentamos las probabilidades de éxito.
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