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| Imagen: Alerta Digital |
El mercado laboral tal y como lo conocemos está desapareciendo. El nuevo modelo de contención de costes de las empresas se basa en reducir los costes fijos, y en los costes fijos se encuentra gran parte de la cadena laboral de la empresa. La estrategia de muchas empresas consiste en despedir a un trabajador y que este mismo trabajador continúe prestando servicios a la empresa, pero como autónomo. Es decir, la empresa se quita el gasto en seguridad social de una persona para sub-contratar posteriormente sus servicios, y que sea esta persona la que se pague su seguro.
Este concepto de relación laboral es el que se está implantando en España. Es lo que han denominado en ElDiario.es como un país para emprendedores, aunque sinceramente, este tipo de autónomos, más que emprendedores, serán esclavos del nuevo sistema, ya que se despiden de un sueldo fijo como asalariados para cobrar por obra y servicio mientras haya "faena". Algunos meses cobrarán más, otros menos, y otros meses no ganarán ni para pagarse sus gastos.
Para la empresa las ventajas son muy claras, y es que este tipo de trabajador (que no es un emprendedor), no se pone enfermo y no hace huelga. La empresa se hace mucho más competitiva en el mercado al carecer de esos "costes de plantilla fija".
Este sistema es el que se está dando dentro del periodismo, donde se despiden a miles de periodistas que posteriormente ofrecen sus servicios como Freelance. Si una empresa se dedica a la instalación de aires acondicionados o sistemas de seguridad, no necesitarían una plantilla fija de instaladores. Bastaría con llamar a un instalador autónomo que cobre un importe por cada instalación y si el instalador autónomo es un ex-empleado que ya conoce el sistema de trabajo de la compañía, mejor que mejor.
Problema de esta nueva relación laboral.
El mayor problema es que cuando se dice que el futuro de España son los emprendedores, se suele decir porque los emprendedores crean puestos de trabajo. En cambio, los nuevos autónomos son autoempleados que no contratan a nadie y que en ocasiones malviven económicamente, debiendo aceptar los precios que pagan estas empresas, pues de no aceptarlo tú, otro lo aceptará.
Sí señor, un país de emprendedores.