El problema de muchas personas que quieren convertirse en emprendedores, es que no saben qué negocio poner. Todos buscamos nuestro filón particular, y la realidad es que en ocasiones tenemos la sensación de que todo está inventado y muchos negocios ya están sobre-explotados.
Según explicaba Stephen Key en una entrevista a la revista Entrepreneur, para tener éxito hay que tener una lluvia de ideas. El señor Key ha patentado 20 productos en los últimos 25 años. El secreto de su éxito, generar una constante lluvia de ideas de negocio, involucrando su mente de distintas formas que nos explica a continuación.
1. Pregúntate: "¿qué es lo siguiente?"
Dice Key que el éxito de las ideas de negocio suelen estar por delante de la curva. Debemos reconocer cuál será la siguiente tendencia. Hoy día tanto la tecnología como la robótica están constantemente cambiando e innovando. Si el futuro son los sistemas de entretenimiento en casa, la televisión interactiva o los sistemas inteligentes a través del móvil, podemos buscar la forma de sumarnos a la tendencia con nuevas innovaciones. Claro que otras veces no tenemos por qué adivinar la tendencia, sino siendo nosotros mismos los que creamos dicha tendencia.
2. Piensa en algo que te moleste.
Cuando Colin Barceloux estudiaba en la universidad, pensaba que los libros costaban demasiado, hasta el punto de que muchos estudiantes tenían serios problemas para pagarlos. Como nadie hacía nada al respecto, en 2007 decidió fundar Bookrenter.com, una empresa que se dedica al alquiler de libros de texto con un 60% de descuento. Lo que comenzó como una idea de un sólo hombre creada desde la frustración, en la actualidad tiene 1,5 millones de usuarios registrados y más de 200 empleados. Piensa en esas muchas cosas que te frustran, pues hay más gente que piensan igual que tú. En otras ocasiones, la idea llega por un vacío que tienen las grandes empresas y que nosotros podemos acabar llenando. Pon tu mente a trabajar en ello.
3. Aplica tus habilidades a un campo nuevo.
Piensa en cómo tus conocimientos o habilidades concretas (aquello en lo que eres bueno) se podría adaptar a otros campos, a otras ideas, incluso a productos o servicios que nada tienen que ver con tu sector o industria. Por ejemplo, el sector textil no tiene nada que ver con la ingeniería química, pero es un químico el que ha dado ideas a esta industria para crear cientos de prendas que hoy día son innovadoras en el mercado.
4. Hacer una versión más barata de un producto ya existente.
Muchas empresas comienzan ofreciendo directamente un producto ya existente a precios mucho más bajos. Ya hablamos hace tiempo de Warby Parker, una empresa creada por 4 amigos que venden gafas graduadas de un precio medio de 300 dólares a tan sólo 95 dólares. Ya contamos cómo lo hicieron estos emprendedores.
5. Habla con los consumidores.
Si te gustaría iniciarte como emprendedor en un negocio de ropa, o si tu pasión son las bicicletas de montaña, no hay nada mejor que ponerte en los pasillos de un centro comercial y preguntar a los consumidores de estos productos qué les gustaría encontrar que no hayan encontrado, si creen que es barato o caro, si pagarían más si un el producto llevara un extra determinado. Si los compradores te dicen lo que quieren comprar, tendrás más claro qué debes vender.
No obstante, a veces los mejores negocios vienen desde las ideas más tontas y absurdas, y se suele cometer el fallo de buscar algo complejo cuando todo puede ser mucho más sencillo. Aquí pusimos un ejemplo de 4 ideas de negocio tan simples como brillantes y otras 4 ideas muy sencillas que facturan 100 millones de dólares. Es más, un producto no tiene ni por qué ser bueno, basta con que sea divertido. Las peores ideas de negocio también son rentables. Aún así, para el largo plazo, los negocios más rentables acaban siendo aquellos que nos llegan a la hora de unir nuestras habilidades con nuestra pasión.
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1. Pregúntate: "¿qué es lo siguiente?"
Dice Key que el éxito de las ideas de negocio suelen estar por delante de la curva. Debemos reconocer cuál será la siguiente tendencia. Hoy día tanto la tecnología como la robótica están constantemente cambiando e innovando. Si el futuro son los sistemas de entretenimiento en casa, la televisión interactiva o los sistemas inteligentes a través del móvil, podemos buscar la forma de sumarnos a la tendencia con nuevas innovaciones. Claro que otras veces no tenemos por qué adivinar la tendencia, sino siendo nosotros mismos los que creamos dicha tendencia.
2. Piensa en algo que te moleste.
Cuando Colin Barceloux estudiaba en la universidad, pensaba que los libros costaban demasiado, hasta el punto de que muchos estudiantes tenían serios problemas para pagarlos. Como nadie hacía nada al respecto, en 2007 decidió fundar Bookrenter.com, una empresa que se dedica al alquiler de libros de texto con un 60% de descuento. Lo que comenzó como una idea de un sólo hombre creada desde la frustración, en la actualidad tiene 1,5 millones de usuarios registrados y más de 200 empleados. Piensa en esas muchas cosas que te frustran, pues hay más gente que piensan igual que tú. En otras ocasiones, la idea llega por un vacío que tienen las grandes empresas y que nosotros podemos acabar llenando. Pon tu mente a trabajar en ello.
3. Aplica tus habilidades a un campo nuevo.
Piensa en cómo tus conocimientos o habilidades concretas (aquello en lo que eres bueno) se podría adaptar a otros campos, a otras ideas, incluso a productos o servicios que nada tienen que ver con tu sector o industria. Por ejemplo, el sector textil no tiene nada que ver con la ingeniería química, pero es un químico el que ha dado ideas a esta industria para crear cientos de prendas que hoy día son innovadoras en el mercado.
4. Hacer una versión más barata de un producto ya existente.
Muchas empresas comienzan ofreciendo directamente un producto ya existente a precios mucho más bajos. Ya hablamos hace tiempo de Warby Parker, una empresa creada por 4 amigos que venden gafas graduadas de un precio medio de 300 dólares a tan sólo 95 dólares. Ya contamos cómo lo hicieron estos emprendedores.
5. Habla con los consumidores.
Si te gustaría iniciarte como emprendedor en un negocio de ropa, o si tu pasión son las bicicletas de montaña, no hay nada mejor que ponerte en los pasillos de un centro comercial y preguntar a los consumidores de estos productos qué les gustaría encontrar que no hayan encontrado, si creen que es barato o caro, si pagarían más si un el producto llevara un extra determinado. Si los compradores te dicen lo que quieren comprar, tendrás más claro qué debes vender.
No obstante, a veces los mejores negocios vienen desde las ideas más tontas y absurdas, y se suele cometer el fallo de buscar algo complejo cuando todo puede ser mucho más sencillo. Aquí pusimos un ejemplo de 4 ideas de negocio tan simples como brillantes y otras 4 ideas muy sencillas que facturan 100 millones de dólares. Es más, un producto no tiene ni por qué ser bueno, basta con que sea divertido. Las peores ideas de negocio también son rentables. Aún así, para el largo plazo, los negocios más rentables acaban siendo aquellos que nos llegan a la hora de unir nuestras habilidades con nuestra pasión.
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