Foto: Paul David Gibson |
1. Disfrutar con el ahorro.
Es cierto que el ahorro es uno de los condimentos para llegar al punto B, aunque para algunos, deberíamos convertir el ahorrar en una meta, un desafío, hasta el punto de disfrutar cada vez que ahorramos y vemos crecer nuestra cuenta. Sé que muchas personas no ven el beneficio del ahorro, sino la pena de no haber comprado eso que les hacía ilusión comprar. Esto nos llevaría al siguiente punto.
2. Vive por debajo de tus posibilidades, pero dentro de tus necesidades.
Hasta ahora siempre hemos dicho que dentro de lo posible hay que vivir por debajo de nuestras posibilidades, independientemente del dinero que poseamos, pero debemos vivir también dentro de nuestras necesidades. Es decir, cuando vayas a comprar algo, piensa si es un capricho o una necesidad. Si es una necesidad, adelante, pero si es un capricho, parte del aprendizaje dice que debes dejarlo pasar. Y ojo con pensar que cambiar de coche es una necesidad si nuestro vehículo está en condiciones y es capaz de llevarnos del punto A al punto B como lo haría el coche que queremos comprar. Debes definir perfectamente lo que son caprichos y necesidades.
3. Ojo con las recaídas.
Aunque suene a adicción, lo cierto es que vivimos en una sociedad consumista extrema, y sí, somos adictos al consumo y el gasto excesivo (o lo fuimos cuando el dinero aparentemente nos sobraba). Del mismo modo que cuando alguien está dejando el tabaco, éste puede llegar a pensar que se va a fumar uno y ya está (al final vuelve a fumar), en la educación financiera ocurre igual. Nuestra nicotina es la deuda, sobre todo la deuda de tarjetas de crédito. "Por una vez que la use, no pasa nada". Usamos la tarjeta de crédito para un caro capricho y este afecta a nuestro plan de ahorro, donde el próximo mes podemos ver nuestra meta algo más lejos y acabar desanimándonos.
4. Un aumento de sueldo o ingresos no significa que debas adaptarte a tu nueva situación.
Si eres trabajador y recibes un aumento de sueldo, si tienes un negocio y te encuentras con una subida de ingresos, muchos aprovechan para adaptar el estilo de vida a su nueva situación de ingresos. NO, es ahora cuando debemos seguir con nuestro plan de austeridad, y en lugar de gastar más, lo que debemos hacer es ahorrar más, ya que son estas rachas las que debemos aprovechar, pues las rachas (buenas y malas) suelen acabar o surgir inconvenientes imprevistos.
5. No sigas pagando el mínimo de las deudas (tarjetas de crédito).
Decíamos que la mejor inversión era pagar la deuda, pues lo mismo ocurre a la hora de ahorrar. Si tienes deudas, sobre todo de tarjetas de crédito o préstamos personales, antes que destinar el dinero al ahorro, despréndete de las deudas, ya que si pagas tus deudas de la tarjeta de crédito, estás invirtiendo y teniendo más de un 8% de rentabilidad. Para cualquier plan financiero, bien sea de ahorro o de inversión, la deuda es lo primero que debemos quitar, y no hablamos de quitarnos la hipoteca, pero sí las deudas tóxicas que generan un interés por encima del 5%.
6. Ojo con las recomendaciones populares.
No sé qué será dentro de 5 años, pero esta crisis te ha servido para saber reconocer ciertas palabras en el futuro como "Los bienes raíces son la mejor inversión porque el precio de la vivienda siempre sube" ó "El oro es una inversión muy rentable, segura y un valor refugio". Muy atento siempre a estas palabras, ya que incluso las inversiones se basan en modas, y cuando la moda pasa, nos quedamos con la ropa desfasada.
7. Buscar ofertas no es de gente pobre, sino de futuros ricos.
Olvida las apariencias y recuerda que muchas de las personas que aparentan tener más que tú, lo que tienen es más deuda que tú (siempre hay excepciones). No hay nada de malo en usar cupones de descuento o comprar en época de rebajas.