"El dolor es el mejor maestro, pero nadie quiere asistir a su clase"
Éste es un famoso dicho que se emplea en las artes marciales, y por lo tanto, es aplicable a cualquier otra disciplina, incluidos los negocios, los estudios y la propia adquisición de una habilidad. Si no hay esfuerzo y sacrificio, rara vez se consigue lograr un objetivo. La pregunta no es "qué quieres lograr", sino "cuánto dolor estás dispuesto a soportar para lograrlo".
No olvidaré a una chica de unos 29 años que llegó por primera vez al gimnasio para aprender defensa personal. Aquella chica había sido víctima de un intento de agresión sexual en el portal de su casa. El maestro de defensa personal tenía fama de ser uno de los mejores. Ser uno de los mejores significaba que te iba a convertir en uno de los mejores, lo cual es sinónimo de que ibas a sudar la camiseta y, para aprender, ibas a tener que soportar mucho dolor.
Aquella chica era atractiva, a pesar de ser extremadamente tímida y tener una apariencia de "muy modosita". Mientras que una gran mayoría de profesores en defensa personal enseñan a una mujer a soltarse, golpear y correr, partiendo de la base de que una mujer es más débil que un hombre y perdería en un cuerpo a cuerpo, éste profesor enseñaba a las mujeres no sólo a defenderse de un hombre, sino a perderle el miedo y, literalmente, destrozarlo.
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Éste es un famoso dicho que se emplea en las artes marciales, y por lo tanto, es aplicable a cualquier otra disciplina, incluidos los negocios, los estudios y la propia adquisición de una habilidad. Si no hay esfuerzo y sacrificio, rara vez se consigue lograr un objetivo. La pregunta no es "qué quieres lograr", sino "cuánto dolor estás dispuesto a soportar para lograrlo".
No olvidaré a una chica de unos 29 años que llegó por primera vez al gimnasio para aprender defensa personal. Aquella chica había sido víctima de un intento de agresión sexual en el portal de su casa. El maestro de defensa personal tenía fama de ser uno de los mejores. Ser uno de los mejores significaba que te iba a convertir en uno de los mejores, lo cual es sinónimo de que ibas a sudar la camiseta y, para aprender, ibas a tener que soportar mucho dolor.
Aquella chica era atractiva, a pesar de ser extremadamente tímida y tener una apariencia de "muy modosita". Mientras que una gran mayoría de profesores en defensa personal enseñan a una mujer a soltarse, golpear y correr, partiendo de la base de que una mujer es más débil que un hombre y perdería en un cuerpo a cuerpo, éste profesor enseñaba a las mujeres no sólo a defenderse de un hombre, sino a perderle el miedo y, literalmente, destrozarlo.
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