Todo comenzó en noviembre de 2011, cuando la cadena pública Norsk Rikskringkasting (NRK), emitió un reportaje sobre el desahucio de una familia española. Millones de espectadores noruegos vieron cómo la policía sacaba a una madre con sus hijos de su casa, dejándolos a su suerte. El elemento más dramático no fueron las lágrimas ni los vecinos intentando impedir el desahucio, llegando incluso a enfrentarse a la policía. Probablemente fue el ver cómo cómo la misma policía dejaba algunas maletas y los juguetes de su hija en plena calle.
Millones de noruegos no entendían cómo el propio Gobierno de un país puede echar a una familia con hijos pequeños a la calle, e incluso la propia policía, que está para defender los intereses de los ciudadanos, ejecutaba una orden anti-constitucional. Después supieron que no eran casos aislados, y que en España esto sucede todos los días. Algunos noruegos dijeron públicamente que jamás pensaron que esta situación pudiera darse en un país como España más allá de 1936 (la Guerra Civil).
La NRK recibió miles de llamadas de los propios ciudadanos de Noruega, indignados y dispuestos a hacer algo. Querían nombres y teléfonos de familias que estuvieran atravesando esta situación, pues aseguran que muchos no pudieron reprimir las lágrimas mientras veían el reportaje. Y así comenzó una lucha de solidaridad que no provenía de ninguna asociación, sino de personas individuales que querían ayudar.
Algunos Noruegos tenían una segunda residencia en nuestro país para las vacaciones, y llegaron a ofrecérsela temporalmente a algunas familias españolas. Otras familias reciben una cantidad de dinero religiosamente cada mes, que en algunos casos son superiores a las propias ayudas del Gobierno.
La siguiente alarma se produjo en Grecia, donde la tasa de abandono de niños se ha disparado un 250% al no poder hacer nada para mantener a sus hijos. Familias noruegas acogen cada año a cientos de niños griegos y cuidan de ellos como si fueran sus propios hijos, dándoles alojamiento en su propia casa y pagándoles los estudios hasta que la familia pueda hacerlo por sus propios medios.
Hoy día, ya no sólo son personas particulares las que apadrinan familias, ya que actualmente España recibe ayuda de diferentes asociaciones del país noruego. No se tienen datos de la cantidad de "apadrinados" españoles que tienen las familias noruegas, pero la cifra podría contarse por miles y las ayudas sociales por millones.
Situaciones de este tipo demuestran que en ocasiones, un país que no tiene nada que ver con el nuestro, es capaz de solidarizarse con más fuerza que los propios Gobiernos de los países afectados, lo cual dice muy poco acerca de los Gobiernos, y dice mucho acerca de los noruegos, a los que hay que agradecerle ese acto de solidaridad incondicional.
Y sí... estas cosas están pasando en España, por si algún español no se había dado cuenta.
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