Teniendo en cuenta que las relaciones, tanto profesionales como personales, así como de pareja, forman parte de las 6 áreas que debemos cultivar , en esta ocasión contamos con la colaboración de Eugenia Casta, autora de “Reconstruye tu Autoestima”, “Eróticamente: 13 fantasías y 11 micro relatos”, y “Divorcio para principiantes”, entre otras obras.
“Si bien la felicidad en pareja no es un estado constante, tampoco ha de resultar tan rara que necesite de vivencias extraordinarias para manifestarse.”
A veces, por no decir casi siempre, dejamos que la burocracia de la vida cotidiana nos invada, y se apodere de nuestra intimidad. Nos han hecho creer que la felicidad en pareja sólo se vive durante el noviazgo, o la “luna de miel”, (para aquellos que aún pueden pagarla), y luego, el resto de la vida, lo estable, con papeles o sin ellos, es un muermo gigantesco y aburrido, del que sólo conseguimos escapar como pareja, durante algún aniversario, (más rutina si cabe).
¿A qué me refiero con burocracia de la vida cotidiana?: Facturas, compras en el Súper, problemas con los hijos, gastos hogareños, compromisos familiares, y un largo etcétera, que en vez de constituir actividades más o menos prosaicas, que debemos cumplir para vivir en sociedad, acampan en nuestras vidas a tiempo completo, y duermen en medio de la cama, justo entre tú y tu pareja. Y al final, ese esperado momento de felicidad e intimidad con el otro, pasa a formar parte de un trámite más en la lista de tareas.
No hace falta reservar la suite más cara de aquel hotel exclusivo, ni pagar a crédito un soñado viaje de cuento, para garantizarse vivencias inolvidables. Probablemente, el mayor problema de una relación, es querer reunir momentos inolvidables, en una caja de recuerdos.
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“Si bien la felicidad en pareja no es un estado constante, tampoco ha de resultar tan rara que necesite de vivencias extraordinarias para manifestarse.”
Eugenia Casta |
¿A qué me refiero con burocracia de la vida cotidiana?: Facturas, compras en el Súper, problemas con los hijos, gastos hogareños, compromisos familiares, y un largo etcétera, que en vez de constituir actividades más o menos prosaicas, que debemos cumplir para vivir en sociedad, acampan en nuestras vidas a tiempo completo, y duermen en medio de la cama, justo entre tú y tu pareja. Y al final, ese esperado momento de felicidad e intimidad con el otro, pasa a formar parte de un trámite más en la lista de tareas.
No hace falta reservar la suite más cara de aquel hotel exclusivo, ni pagar a crédito un soñado viaje de cuento, para garantizarse vivencias inolvidables. Probablemente, el mayor problema de una relación, es querer reunir momentos inolvidables, en una caja de recuerdos.