Mentores y libros son dos de los mayores aceleradores del aprendizaje para conseguir alcanzar nuestras metas, pero no elegir correctamente de quién aprendemos o qué libros leemos, puede tener efectos más nocivos de lo que pensamos en nuestro éxito o desarrollo personal.
En Wall Street siempre se ha dicho que Jordan Belfort (el Lobo de Wall Street), se convirtió en un estafador, debido, entre otras cosas, al primer maestro que tuvo al desembarcar en su primera empresa. El primer contacto que tuvo con el mundo bursátil fue alguien similar al personaje que interpreta Matthew McConaughey en la película; una persona sin valores, que se relaja con cocaína, y cuya filosofía del negocio es transferir el dinero de los clientes a su bolsillo. "No importa el cliente, sino el dinero del cliente".
Si Belfort hubiera desembarcado en Berkshire Hathaway, bajo los brazos de Warren Buffett y Charlie Munger, ese joven lobo con talento, probablemente hoy sería un gran gestor de fondos de inversión, cuya filosofía de inversión sería el value investing en lugar de las acciones centavo, y se desviviría por contribuir a que sus clientes aumentaran su riqueza.
Cuando era un joven ejecutivo de ventas, conocí a un tipo de esos que tanto nos gustan: un empresario hecho a sí mismo.
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