Nunca sabemos cómo nos vamos a comportar ante circunstancias concretas hasta que nos encontramos con ellas. Y éste es el caso ante un robo o atraco a mano armada, donde nunca está de más saber cómo se debe actuar llegado el momento, o, al menos, saber lo que no debemos hacer. Pueden parecer consejos muy obvios, aunque para muchas personas no son tan obvios, pero cuanto menos, sí que podrían ser de sentido común.
Personalmente sólo me he visto en esta situación una vez a lo largo de mi vida, y no es para nada agradable. Para comenzar, únicamente debes saber un par de cosas: una buena noticia, y una mala.
La buena noticia, es que por regla general (y lo más probable) es que la intención de un atraco sea únicamente robar y escapar sin hacer daño a nadie, porque los propios delincuentes saben que no es lo mismo robar que asesinar a efectos penales y de investigación policial.
La mala noticia es que incluso el ladrón con más sanas intenciones del planeta, y el más estúpido, puede llegar a hacer cualquier estupidez si se ve atrapado, e incluso puede cometer un error que cueste la vida a alguien, producto de sus propios nervios.
Una mañana de un día cualquiera en las oficinas de la empresa, escuchamos el ruido de unas motos acercarse a la empresa, y seguidamente se escuchaban las voces de "no os mováis", "las manos arriba", y toda una serie de palabras malsonantes que sobresalían sobre los gritos de las oficinistas.
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