A menudo se habla de la suerte como parte esencial del éxito en la vida. Aquellos que me conocen saben que yo no creo en la buena suerte, pero sí en la mala suerte. Es decir, si no te esfuerzas por ser el mejor en algo, si no te preparas adecuadamente y desarrollas ciertas habilidades, es poco probable que la buena suerte venga a buscarte al sofá de tu casa mientras estás jugando a los videojuegos. Pero por el contrario, también es cierto que puedes esforzarte y prepararte, y ser víctima de la mala suerte.
No obstante, finalmente es estadística y probabilidad. El esfuerzo y preparación, el siempre estar preparado, pondrá las probabilidades a tu favor, definiendo la buena suerte como la ausencia de mala suerte.
Ya hablamos de la teoría de Richard Wiseman, el cual estaba completamente seguro de que la suerte era una habilidad en sí misma que cualquiera puede adquirir y aprender, y lo demostró a través de un experimento.
Finalmente, hay formas de colocar la balanza de la buena suerte a nuestro favor, y no tendría que ver absolutamente nada con el azar.
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No obstante, finalmente es estadística y probabilidad. El esfuerzo y preparación, el siempre estar preparado, pondrá las probabilidades a tu favor, definiendo la buena suerte como la ausencia de mala suerte.
Ya hablamos de la teoría de Richard Wiseman, el cual estaba completamente seguro de que la suerte era una habilidad en sí misma que cualquiera puede adquirir y aprender, y lo demostró a través de un experimento.
Finalmente, hay formas de colocar la balanza de la buena suerte a nuestro favor, y no tendría que ver absolutamente nada con el azar.
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