Todos los medios internacionales están hablando de Mohammed Islam, el nuevo Lobo de Wall Street adolescente de 17 años que aún no se ha graduado y que ya ha conseguido hacer 72 millones de dólares invirtiendo en bolsa durante la hora del almuerzo en el instituto.
Según el portal MarketWhatch, este joven hizo su incursión en el mercado de valores a los 9 años con las penny stocks, tuvo pérdidas de miles de dólares y decidió continuar aprendiendo sobre especulación en bolsa, encontrando su inspiración en el gestor de fondos de cobertura (Hedge Fund) Paul Tudor Jones, un multimillonario que ocupa la posición 108 de los más ricos según la lista Forbes.
De esta forma, durante el rato libre del almuerzo en el instituto se reunía con varios amigos suyos y operaban en la bolsa, hasta conseguir amasar esos 72 millones de ganancias.
Su próximo objetivo es crear su propio Fondo de Cobertura en cuanto cumpla los 18 años para ganar 1.000 millones de dólares el año que viene.
Hasta aquí la historia publicada por los diversos medios. Y el caso es que esta historia suena bien, y no es por ser desconfiado, pero sencillamente me cuesta trabajo creérmela, pues hay muchas preguntas y obviedades que se me vienen a la cabeza.
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Según el portal MarketWhatch, este joven hizo su incursión en el mercado de valores a los 9 años con las penny stocks, tuvo pérdidas de miles de dólares y decidió continuar aprendiendo sobre especulación en bolsa, encontrando su inspiración en el gestor de fondos de cobertura (Hedge Fund) Paul Tudor Jones, un multimillonario que ocupa la posición 108 de los más ricos según la lista Forbes.
Mohammed Islam, el apodado como Lobo de Wall Street adolescente |
Su próximo objetivo es crear su propio Fondo de Cobertura en cuanto cumpla los 18 años para ganar 1.000 millones de dólares el año que viene.
Hasta aquí la historia publicada por los diversos medios. Y el caso es que esta historia suena bien, y no es por ser desconfiado, pero sencillamente me cuesta trabajo creérmela, pues hay muchas preguntas y obviedades que se me vienen a la cabeza.
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