Se suele decir que para las ventas se necesita un talento innato. También se suele decir que las personas no pueden cambiar. Lo cierto es que creo que rompí ambos clichés hace ya muchos años. Si hubo una persona con poco talento para las ventas, ese era yo. O eso, o es que bajo los kilos de carbón se escondía un diamante en bruto.
Creo que batí un récord comercial a nivel nacional, e incluso probablemente a nivel mundial, pues nunca he escuchado a ningún vendedor que estuviera más de 3 meses sin firmar ni un solo contrato y sin cobrar. No digo que no los hubiera peores que yo, pero normalmente nadie aguanta el segundo mes sin vender y sin cobrar.
Continuar leyendo...