Romi Haan, considerada como una de las empresarias más poderosas de Corea, llegó a creer tan firmemente en su idea de negocio que estuvo dispuesta a perderlo todo para conseguir el éxito de su empresa. No sólo puso en peligro su casa, la cual fue usada para financiar la empresa. Si su negocio fracasaba, también estaban en riesgo la casa de sus padres y el dinero familiar.
En resumidas cuentas, como ella misma ha dicho en la entrevista de Business Insider, "si la empresa no salía bien, todo el mundo se quedaba en la calle".
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En resumidas cuentas, como ella misma ha dicho en la entrevista de Business Insider, "si la empresa no salía bien, todo el mundo se quedaba en la calle".
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