Hace unos meses, un periódico de Brasil se puso en contacto con nosotros a raíz de los diferentes artículos que le hemos dedicado a esta persona. Me preguntaban si conocía al señor Amancio Ortega personalmente, y la verdad es que aún no he tenido ese placer. La periodista me pidió si sabía de alguien que le pudiera facilitar los datos de Ortega para ponerse en contacto con él, y no hubo suerte. Más tarde la historia se repetía con una televisión de Argentina, donde nuevamente no pude hacer nada para ayudarles.
Esta misma semana, una cadena de televisión estadounidense se ponía en contacto con nuestra compañera Victoria Bernal por otros asuntos, aunque salió a relucir en la conversación el tema Ortega. La representante de la cadena reconocía que en Estados Unidos les encantaría saber de este hombre, les gustaría verlo, escucharle, pues está considerado un héroe dentro de los negocios, sobre todo por el crecimiento de esta empresa teniendo en cuenta la situación que atraviesa España. Incluso hacen comparaciones con Steve Jobs, ya que cada uno de ellos ha sido visionario en su sector.
El caso es que las cadenas de televisión han conseguido entrevistar a todos y cada uno de los personajes de la lista Forbes, por lo que llevar al señor Ortega ante una cámara para que cuente personalmente el secreto de su éxito, y cómo ha sido el camino de una persona de raíces humildes de un pequeño pueblo al norte de España, hasta convertirse en unos años en el tercer hombre más rico del mundo, se cotiza bastante bien en televisión, sobre todo por la cadena pionera en conseguir tal hazaña, por lo que confesaba a nuestra compañera Victoria, que muchas cadenas podrían ser muy generosas económicamente con la persona que consiga esa cita o entrevista.
Reconoce que tras varios intentos para ponerse en contacto con él, no han pasado de la secretaría de la central de Inditex. Aunque han recibido el mensaje: "Amancio Ortega no concede entrevistas" (y eso hace que se cotice mejor). El motivo de por qué no concede entrevistas es desconocido, aunque podemos imaginar que puede ser por timidez o sencillamente por aversión a la popularidad.
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Si algún periodista consiguiera hacer personalmente esa entrevista, haría el negocio de su vida vendiendo la cinta o exclusiva a una de estas cadenas, además de la reputación que se ganaría dentro del periodismo. Lo sé, no es fácil, ¿pero algún valiente se anima a intentarlo?