En ocasiones he escuchado a algunos empresarios decir que estaban muy contentos con el trabajador X porque no daba problemas, era puntual, muy obediente y nunca cuestionaba sus órdenes. Se refería a él como uno de sus más fieles y leales trabajadores. Puesto que deduzco que este empresario no sería capaz de poner en nómina a un perro, me hago la idea de que estaba hablando de una persona.
Es lo que la mayoría de las empresas quieren, pero la verdad es que no es lo que las empresas necesitan. Es cierto que debemos buscar un empleado leal e íntegro, pero muchas empresas confunden la lealtad e integridad con otras cosas que no sé lo que son, pero no podríamos llamarlo lealtad si hablamos de una empresa.
Se suele confundir la lealtad con la obediencia, una obediencia que a menudo se presenta como irreflexiva y ciega, incluso cuando tu propio jefe está dirigiéndose hacia un acantilado. Si eso es un empleado leal, yo no querría lealtad de ese tipo entre mis trabajadores.
Las buenas empresas se distinguen por tener buenos gerentes o líderes, y los buenos gerentes se caracterizan por tener a su mando los mejores profesionales del sector y formar un buen equipo. Un buen equipo se distingue por ser un conjunto de personas que aportan ideas para la continuidad y éxito conjunto de la empresa. Un buen equipo debate, discrepa y propone.
El trabajador más leal suele ser aquel que genera discusiones cuando otros asienten con la cabeza aún no estando de acuerdo con una decisión de su líder. Muchos empleados tienen miedo de expresar sus opiniones personales o sentimientos en un ambiente de grupo y se sienten coartados de cuestionar decisiones de su líder en privado.
El empleado leal que tu empresa necesita suele preguntar o plantear cuestiones importantes siempre pensando en la forma de mejorar algunos detalles de tu empresa.
Un empleado leal siente que está trabajando por algo más grande que él mismo: el futuro de una compañía, sus clientes, una misión en la empresa... no critican a sus compañeros, los alaban y les ayudan. El cuidado de la empresa, así como el cuidado de la gente que le rodea en la empresa es una de las señales más claras de lealtad e integridad.
El empleado leal será capaz de generar un gran debate y desacuerdo en privado, pero jamás te cuestionará una decisión en público.
Nunca te dirá lo que quieres oír, como hace el resto. Te dirá lo que necesitas escuchar.
Lealtad no es permanecer a tu lado, como muchos empresarios creen. Ese trabajador leal se irá de la empresa cuando se tenga que ir, y será leal allá donde vaya.
Este tipo de empleado, de la misma forma que es leal, pide lealtad por parte de su jefe y de su empresa, por lo que en la mayoría de los casos, suelen irse al ser la empresa la que no reconoce ni gratifica la lealtad de esta persona o le fallan en algunos de los aspectos que se le puede fallar a un empleado.
"Si quieres tener una empresa de esclavos, contrata gente obediente. Si quieres teneréxito en los negocios, contrata gente con nuevas ideas y aportaciones, contrata empleados leales."
Recuerda que una sana costumbre en muchas empresas fuera de España es dedicar 1 día al mes o cada 6 meses únicamente para escuchar las ideas de sus empleados sobre qué podrían cambiar o mejorar en la empresa.
Es lo que la mayoría de las empresas quieren, pero la verdad es que no es lo que las empresas necesitan. Es cierto que debemos buscar un empleado leal e íntegro, pero muchas empresas confunden la lealtad e integridad con otras cosas que no sé lo que son, pero no podríamos llamarlo lealtad si hablamos de una empresa.
Se suele confundir la lealtad con la obediencia, una obediencia que a menudo se presenta como irreflexiva y ciega, incluso cuando tu propio jefe está dirigiéndose hacia un acantilado. Si eso es un empleado leal, yo no querría lealtad de ese tipo entre mis trabajadores.
Las buenas empresas se distinguen por tener buenos gerentes o líderes, y los buenos gerentes se caracterizan por tener a su mando los mejores profesionales del sector y formar un buen equipo. Un buen equipo se distingue por ser un conjunto de personas que aportan ideas para la continuidad y éxito conjunto de la empresa. Un buen equipo debate, discrepa y propone.
El trabajador más leal suele ser aquel que genera discusiones cuando otros asienten con la cabeza aún no estando de acuerdo con una decisión de su líder. Muchos empleados tienen miedo de expresar sus opiniones personales o sentimientos en un ambiente de grupo y se sienten coartados de cuestionar decisiones de su líder en privado.
El empleado leal que tu empresa necesita suele preguntar o plantear cuestiones importantes siempre pensando en la forma de mejorar algunos detalles de tu empresa.
Un empleado leal siente que está trabajando por algo más grande que él mismo: el futuro de una compañía, sus clientes, una misión en la empresa... no critican a sus compañeros, los alaban y les ayudan. El cuidado de la empresa, así como el cuidado de la gente que le rodea en la empresa es una de las señales más claras de lealtad e integridad.
El empleado leal será capaz de generar un gran debate y desacuerdo en privado, pero jamás te cuestionará una decisión en público.
Nunca te dirá lo que quieres oír, como hace el resto. Te dirá lo que necesitas escuchar.
Lealtad no es permanecer a tu lado, como muchos empresarios creen. Ese trabajador leal se irá de la empresa cuando se tenga que ir, y será leal allá donde vaya.
Este tipo de empleado, de la misma forma que es leal, pide lealtad por parte de su jefe y de su empresa, por lo que en la mayoría de los casos, suelen irse al ser la empresa la que no reconoce ni gratifica la lealtad de esta persona o le fallan en algunos de los aspectos que se le puede fallar a un empleado.
"Si quieres tener una empresa de esclavos, contrata gente obediente. Si quieres teneréxito en los negocios, contrata gente con nuevas ideas y aportaciones, contrata empleados leales."
Recuerda que una sana costumbre en muchas empresas fuera de España es dedicar 1 día al mes o cada 6 meses únicamente para escuchar las ideas de sus empleados sobre qué podrían cambiar o mejorar en la empresa.