La pasión por aquello que hacemos es imprescindible. El primer consejo que siempre lanzamos cuando alguien quiere montar un negocio pero no sabe qué tipo de negocio poner, es que piense en primer lugar qué es lo que le apasiona (leer: cómo saber a qué dedicarse).
Claro que la pasión no lo es todo, pero carecer de ella hará que nunca seamos empresarios de éxito, pues a largo plazo hará que fracasemos en nuestro negocio.
1. Piensa qué parte del negocio podría nublar tu pasión.
Antes de comenzar un negocio revisa la realidad de lo que conlleva ser emprendedor o empresario. Una cosa es sentir pasión por el producto o servicio que vamos a ofrecer en nuestro negocio y otra cosa son el resto de componentes que se necesitan para tener éxito en los negocios, como son la disciplina, la voluntad, el trabajo duro (muy duro en los inicios) y desde luego, que el producto o servicio que vamos a ofrecer tenga su propio mercado, así como nosotros esa capacidad de introducir nuestro producto en el mercado.
En resumidas cuentas, debes estar seguro de que tu pasión se puede convertir en un negocio rentable y estar dispuesto a tener la actitud correcta para conseguir que eso ocurra.
2. Ten muy claro que hay otras funciones en el negocio que no tienen nada que ver con tu pasión.
Al punto número uno hay que añadirle que como emprendedor deberás hacer tareas o funciones que no tienen nada que ver con tu pasión. Ser dueño de un negocio, y sobre todo al inicio del negocio, probablemente te obligará a hacer funciones que nada tienen que ver con tus gustos. Deberás atender el teléfono, hacer inventarios, pedidos, llevar la contabilidad, ser un vendedor (que no a todo el mundo le gustan las ventas) e incluso limpiar y barrer, a no ser que el negocio te de unos beneficios como para contratar personal de sobra que realice todas esas funciones. Y que un negocio nuevo de dinero para todo eso desde el principio, rara vez ocurre, así que probablemente al principio deberás dedicar la mayor parte de tu tiempo en tareas que nada tienen que ver con lo que te gusta.
3. Contrata a los mejores, y los mejores suelen ser apasionados.
Ya lo dice Donald Trump en el secreto en los negocios, y es que parte del éxito se consigue rodeándote de los mejores, siendo los mejores gente apasionada y creativa, ya que las personas creativas no tienen tiempo de desmotivarse, pues siempre están pensando en algo productivo.
Contrata a alguien que sienta el mismo entusiasmo que tú sientes. De esta forma, conforme el negocio crezca te será más sencillo delegar funciones en ellos.
4. Mantén viva esa pasión.
La pasión que un día te llevó a iniciar un negocio, se puede secar con el paso del tiempo debido a las tareas diarias que se requieren en la gestión de un negocio, y es por eso que debemos intentar hacer crecer nuestro negocio y no permanecer mucho tiempo siendo un negocio familiar, ya que de esa forma podremos delegar funciones en otras personas y centrarnos realmente en aquello que nos apasiona.
En esos momentos en los que sientas que tu pasión se ha convertido en una aburrida y estresante monotonía, retírate a un rincón y piensa (o escríbelo en un papel) qué fue lo que un día te hizo embarcarte en ese negocio e intenta incluir en tus funciones diarias algunas de esas cosas que tanto te apasionaban.
5. Amplía tu pasión.
He buscado algunas formas para intentar explicar este punto, y finalmente sólo se me ocurre una para que todos entendamos lo que quiero decir.
Si tu pasión es el sexo y todos los días durante 10 años lo único que practicas es la postura del misionero, probablemente te acabe cansando. Practica otras posturas. Es decir, aprende cosas nuevas cada día, diversifica tu pasión, haz que tu pasión siempre sea algo divertido y no des lugar a que se convierta en algo repetitivo y monótono. Recuerda esas palabras que tan de moda están, Adaptarse y Reinventarse.
La mayoría de los empresarios que tienen éxito, nunca dejan de aprender, y de esa forma no pierden el interés que siempre tiene el eterno aprendiz.
Claro que la pasión no lo es todo, pero carecer de ella hará que nunca seamos empresarios de éxito, pues a largo plazo hará que fracasemos en nuestro negocio.
1. Piensa qué parte del negocio podría nublar tu pasión.
Antes de comenzar un negocio revisa la realidad de lo que conlleva ser emprendedor o empresario. Una cosa es sentir pasión por el producto o servicio que vamos a ofrecer en nuestro negocio y otra cosa son el resto de componentes que se necesitan para tener éxito en los negocios, como son la disciplina, la voluntad, el trabajo duro (muy duro en los inicios) y desde luego, que el producto o servicio que vamos a ofrecer tenga su propio mercado, así como nosotros esa capacidad de introducir nuestro producto en el mercado.
En resumidas cuentas, debes estar seguro de que tu pasión se puede convertir en un negocio rentable y estar dispuesto a tener la actitud correcta para conseguir que eso ocurra.
2. Ten muy claro que hay otras funciones en el negocio que no tienen nada que ver con tu pasión.
Al punto número uno hay que añadirle que como emprendedor deberás hacer tareas o funciones que no tienen nada que ver con tu pasión. Ser dueño de un negocio, y sobre todo al inicio del negocio, probablemente te obligará a hacer funciones que nada tienen que ver con tus gustos. Deberás atender el teléfono, hacer inventarios, pedidos, llevar la contabilidad, ser un vendedor (que no a todo el mundo le gustan las ventas) e incluso limpiar y barrer, a no ser que el negocio te de unos beneficios como para contratar personal de sobra que realice todas esas funciones. Y que un negocio nuevo de dinero para todo eso desde el principio, rara vez ocurre, así que probablemente al principio deberás dedicar la mayor parte de tu tiempo en tareas que nada tienen que ver con lo que te gusta.
3. Contrata a los mejores, y los mejores suelen ser apasionados.
Ya lo dice Donald Trump en el secreto en los negocios, y es que parte del éxito se consigue rodeándote de los mejores, siendo los mejores gente apasionada y creativa, ya que las personas creativas no tienen tiempo de desmotivarse, pues siempre están pensando en algo productivo.
Contrata a alguien que sienta el mismo entusiasmo que tú sientes. De esta forma, conforme el negocio crezca te será más sencillo delegar funciones en ellos.
4. Mantén viva esa pasión.
La pasión que un día te llevó a iniciar un negocio, se puede secar con el paso del tiempo debido a las tareas diarias que se requieren en la gestión de un negocio, y es por eso que debemos intentar hacer crecer nuestro negocio y no permanecer mucho tiempo siendo un negocio familiar, ya que de esa forma podremos delegar funciones en otras personas y centrarnos realmente en aquello que nos apasiona.
En esos momentos en los que sientas que tu pasión se ha convertido en una aburrida y estresante monotonía, retírate a un rincón y piensa (o escríbelo en un papel) qué fue lo que un día te hizo embarcarte en ese negocio e intenta incluir en tus funciones diarias algunas de esas cosas que tanto te apasionaban.
5. Amplía tu pasión.
He buscado algunas formas para intentar explicar este punto, y finalmente sólo se me ocurre una para que todos entendamos lo que quiero decir.
Si tu pasión es el sexo y todos los días durante 10 años lo único que practicas es la postura del misionero, probablemente te acabe cansando. Practica otras posturas. Es decir, aprende cosas nuevas cada día, diversifica tu pasión, haz que tu pasión siempre sea algo divertido y no des lugar a que se convierta en algo repetitivo y monótono. Recuerda esas palabras que tan de moda están, Adaptarse y Reinventarse.
La mayoría de los empresarios que tienen éxito, nunca dejan de aprender, y de esa forma no pierden el interés que siempre tiene el eterno aprendiz.