Según recoge The Telegraph, la señora Peers Siobhon asegura que cuando recibió la primera carta reclamando la deuda, envió una copia del certificado de defunción para que cerraran la cuenta de su padre. Aún así el banco insistió en que no servía, ya que debía presentar en persona el certificado original.
Mientras tanto, la señora Siobhon seguía recibiendo cartas cada vez más "amenazantes", ya que su deuda había pasado a un agente de cobros a morosos. Según comenta, recibió más de 20 cartas, por lo que harta de la "cómica" situación, cogió la urna con las cenizas de su padre y se dirigió a la sucursal. Una vez allí, presentó el certificado original que le exigían y también enseñó a su padre, o más bien, lo que quedaba de él.
Los empleados del banco, como es evidente, se quedaron perplejos al presenciar tal situación, llegando a pedir disculpas a la mujer. Aunque podría haber sido peor, y es que el encargado del banco, podría haber rizado el rizo preguntando: "¿Y cómo se yo que esas son las cenizas de su padre y no cenizas de una barbacoa?".
Bromas aparte, volvemos a ver la falta de delicadeza, escrúpulos y nuevamente la usura, ya que de 7€ de deuda a 730€.... es "una pasada".
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