Un estafador únicamente necesita una cosa para lograr su propósito: una persona muy inteligente o poco inteligente (eso no es demasiado importante) que esté segura de sí misma y de sus propias capacidades. Ese es el perfil de una víctima ideal, y por lo que sabemos, tanto las personas inteligentes como las personas "tontas", están seguras de sus decisiones. Y si no lo están, el estafador les subirá el ego hasta que lo estén.
Por lo tanto, el trabajo de un estafador no es convencer realmente a nadie, sino "no levantar la liebre" mientras la otra persona se está auto-engañando. ¿Y qué podemos aprender de los mejores estafadores de la historia? Todo. Pues la intención de estas personas es "esquilmar" a otra persona. Y las personas se dejan esquilmar por los estafadores, mientras que, en ocasiones, dudan de contratar un servicio o comprar un producto de un vendedor honesto. Y es que los buenos estafadores conocen los secretos de la mente humana mucho mejor que la gran mayoría de vendedores honestos y hombres de negocios.
(Ver: Hay algunas características que te convierten en víctima de un timo)
Por ejemplo, Victor Lustig, considerado uno de los mayores estafadores de la historia al lograr vender la Torre Eiffel 2 veces y engañar al mismísimo Al Capone, sin ninguna duda, puede enseñarnos mucho acerca del poder de las técnicas de influencia y persuasión.
Por lo tanto, el trabajo de un estafador no es convencer realmente a nadie, sino "no levantar la liebre" mientras la otra persona se está auto-engañando. ¿Y qué podemos aprender de los mejores estafadores de la historia? Todo. Pues la intención de estas personas es "esquilmar" a otra persona. Y las personas se dejan esquilmar por los estafadores, mientras que, en ocasiones, dudan de contratar un servicio o comprar un producto de un vendedor honesto. Y es que los buenos estafadores conocen los secretos de la mente humana mucho mejor que la gran mayoría de vendedores honestos y hombres de negocios.
(Ver: Hay algunas características que te convierten en víctima de un timo)
Por ejemplo, Victor Lustig, considerado uno de los mayores estafadores de la historia al lograr vender la Torre Eiffel 2 veces y engañar al mismísimo Al Capone, sin ninguna duda, puede enseñarnos mucho acerca del poder de las técnicas de influencia y persuasión.
Victor Lustig aprovechó su estancia en la cárcel para recopilar las diez claves o mandamientos que debe seguir todo buen estafador, y por ende, las claves que debe tener en cuenta cualquier hombre de negocios, vendedor o persona que por los distintos motivos tenga necesidad de influir y persuadir a una persona con un propósito concreto.
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