Si siempre decimos que el éxito está relacionado con la calidad de las personas de las que nos rodeamos, cuando hablamos de escoger una profesión o un negocio, si éste lo enfocamos directamente a los millonarios (y lo enfocamos adecuadamente) las posibilidades de éxito se incrementan.
Y es que el número de millonarios ha crecido a lo largo de esta crisis, y se calcula que continuará creciendo exponencialmente. No hablamos de famosos o los dueños de las empresas del Ibex, sino de esa parte de la sociedad más afortunada; esa parte de la que hablaba Thomas J. Stanley en "El millonario de la puerta de al lado", que serían personas con 1 millón de patrimonio y unos ingresos anuales considerables. Aunque por qué no, también podemos hablar de los verdaderos multimillonarios.
Por lo tanto, sirva de guía para aquellos jóvenes que piensan en estudiar una carrera o para aquellos autónomos y empresarios que se preguntan "por qué no ganan ni para pipas" a pesar de la cantidad de horas que dedican. Y es que, como dice Stanley en su libro, "podría ocurrir que tus clientes no tienen demasiado dinero", lo cual te obliga a competir en precio junto con otros muchos competidores.
Ahora bien, a pesar de que esta parte de la población (clase alta) suelen ser ahorradores, lo cierto es que pueden ser grandes consumidores de ciertos servicios necesarios. Y luego tendríamos a los grandes millonarios derrochadores que demandan calidad, imagen y marca sin importar el precio.
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