A la mayoría de nosotros nos gustaría ser mejores personas, ya sea en casa, en la oficina, o en cualquier lugar. El problema es saber por dónde hay que empezar exactamente.
Se consigue ser mejor persona trabajando más en nosotros mismos. Para ello es muy importante la motivación. Las personas cambian cuando realmente lo desean, por eso es importante buscar alguna motivación para el cambio, ya sea sentirte mejor contigo mismo, sentirte mejor con respecto a los demás, proyectar una mejor imagen de ti o crecer como persona.
Estas son algunas cosas que John Rampton ha recogido en The Muse, y que se pueden añadir a tu rutina diaria para convertirte en una mejor persona.
1. Piensa antes de hablar.
Antes de poner la lengua en movimiento pon el cerebro en funcionamiento. Algunas palabras pueden ser dolorosas. Y hay otras veces que según cómo digas las cosas pueden ser malinterpretadas y resultar dolorosas. ¿Alguna vez has dicho algo para gastar una broma y luego te has dado cuenta de que era inapropiada? Probablemente te sentiste bastante mal después.
Por eso, tomate siempre unos segundos extra para pensar en el impacto de tus palabras antes de decirlas en voz alta.
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Se consigue ser mejor persona trabajando más en nosotros mismos. Para ello es muy importante la motivación. Las personas cambian cuando realmente lo desean, por eso es importante buscar alguna motivación para el cambio, ya sea sentirte mejor contigo mismo, sentirte mejor con respecto a los demás, proyectar una mejor imagen de ti o crecer como persona.
Estas son algunas cosas que John Rampton ha recogido en The Muse, y que se pueden añadir a tu rutina diaria para convertirte en una mejor persona.
1. Piensa antes de hablar.
Antes de poner la lengua en movimiento pon el cerebro en funcionamiento. Algunas palabras pueden ser dolorosas. Y hay otras veces que según cómo digas las cosas pueden ser malinterpretadas y resultar dolorosas. ¿Alguna vez has dicho algo para gastar una broma y luego te has dado cuenta de que era inapropiada? Probablemente te sentiste bastante mal después.
Por eso, tomate siempre unos segundos extra para pensar en el impacto de tus palabras antes de decirlas en voz alta.
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