Cuando se dice que las crisis son excelentes oportunidades, no se dice por decir. Allí donde unos ven la dificultad, otros se hacen socios de ella. Todos pudimos ver cómo en los tiempos de bonanza económica salieron empresarios hasta de debajo de las piedras. Y a todos les iba bien. Aunque como reza el dicho: "ningún mar en calma hace experto al marinero".
Hoy día, las empresas de mayor crecimiento se han forjado en la última crisis. Debemos recordar que el gran empresario, antes de ser un creador, comienza siendo un destructor. Destruye un modelo de negocio antiguo para dar paso a lo nuevo.
Muchas empresas únicamente han debido rellenar el hueco que han dejado otras muchas empresas que han caído. A otras empresas, los nuevos emprendedores se han encargado de acelerar el hundimiento.
Las dificultades en la economía se convierten en excelentes oportunidades de negocios para los empresarios más creativos que son capaces de hacer más con menos. Y es que es en las dificultades cuando aparecen dos tipos de empresas: 1. la que intenta sobrevivir pensando de la misma forma. Y 2. La que se reinventa por completo y usa el nuevo escenario incluso para expandirse.
Si algo sabemos de los negocios, es que el mercado siempre estará en constante cambio, y si tu negocio no es ágil y rápido para cambiar, tendrás asiento en primera fila para ver su hundimiento.
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