Muchas empresas se quedan estancadas con sus productos iniciales, viendo cómo éstos perecen en ventas o cómo son adelantados por los de la competencia por la falta de mejoras. Hoy día vivimos en un panorama altamente cambiante, donde si no estás en movimiento constantemente, te quedas desfasado en el mercado.
Una de las premisas de Steve Jobs era: "si no estás naciendo constantemente como empresa, estás muriendo rápidamente".
Según la biografía de Steve Jobs, de Walter Isaacson, una vez al año, Jobs se llevaba a un retiro a sus empleados más valiosos, a los que llamaba "el Top 100", elegidos de acuerdo a un criterio muy sencillo: "era la gente a la que te llevarías si solo pudieras quedarte con 100 empleados en una barca salvavidas para tu siguiente empresa".
En esa barca estaría la gente más creativa de la empresa, aquellos que tienen ideas para el futuro de la empresa, para anticiparse a la competencia, e incluso, en el caso de Apple, anticiparse al propio consumidor.
En aquellos retiros se debatían todo tipo de ideas, y al final, Jobs se plantaba frente a una pizarra y preguntaba: "¿Cuáles son las próximas 10 cosas que deberíamos hacer?".
Una de las premisas de Steve Jobs era: "si no estás naciendo constantemente como empresa, estás muriendo rápidamente".
Según la biografía de Steve Jobs, de Walter Isaacson, una vez al año, Jobs se llevaba a un retiro a sus empleados más valiosos, a los que llamaba "el Top 100", elegidos de acuerdo a un criterio muy sencillo: "era la gente a la que te llevarías si solo pudieras quedarte con 100 empleados en una barca salvavidas para tu siguiente empresa".
En esa barca estaría la gente más creativa de la empresa, aquellos que tienen ideas para el futuro de la empresa, para anticiparse a la competencia, e incluso, en el caso de Apple, anticiparse al propio consumidor.
En aquellos retiros se debatían todo tipo de ideas, y al final, Jobs se plantaba frente a una pizarra y preguntaba: "¿Cuáles son las próximas 10 cosas que deberíamos hacer?".
Imagen: Fearless Genius |
Jobs las iba apuntando en la pizarra y luego tachaba aquellas que le parecían una tontería, o una mierda, como él solía decir.
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