La razón de nuestro sufrimiento, en todos los ámbitos de la vida, es nuestra resistencia a los cambios inevitables. En la vida todo son cambios. Haber vivido significa haber cambiado a menudo.
Las cosas cambian, a menudo de forma espontánea. Las personas y las circunstancias van y vienen. La vida no se detiene por nadie. Se mueve rápidamente y se precipita de la calma al caos en cuestión de segundos, y sucede así a la gente todos los días.
A veces, una decisión aparentemente inocua sacude todo nuestro mundo como un meteorito golpeando a la Tierra. Vidas enteras han sido giradas completamente, para bien o para mal, de manera impredecible.
Por más buena o mala que sea nuestra situación ahora, ésta va a cambiar. Y mientras nos resistimos al cambio, y sufrimos a veces como todo el mundo, debemos aprender a adaptarnos. Debemos aprender a ser flexibles y buscar el lado positivo de los cambios en la vida, aún cuando éstos no son como queremos.
Continuar leyendo...
Las cosas cambian, a menudo de forma espontánea. Las personas y las circunstancias van y vienen. La vida no se detiene por nadie. Se mueve rápidamente y se precipita de la calma al caos en cuestión de segundos, y sucede así a la gente todos los días.
A veces, una decisión aparentemente inocua sacude todo nuestro mundo como un meteorito golpeando a la Tierra. Vidas enteras han sido giradas completamente, para bien o para mal, de manera impredecible.
Por más buena o mala que sea nuestra situación ahora, ésta va a cambiar. Y mientras nos resistimos al cambio, y sufrimos a veces como todo el mundo, debemos aprender a adaptarnos. Debemos aprender a ser flexibles y buscar el lado positivo de los cambios en la vida, aún cuando éstos no son como queremos.
Continuar leyendo...